Cómo chuparse el dedo puede ser perjudicial para la salud bucal de los niños

Chuparse el dedo es un hábito común en muchos niños que aparentemente es inofensivo. Chuparse el dedo tranquiliza a los niños y les ayuda a relajarse cuando se sienten estresados. Sin embargo, puede afectar negativamente a su salud bucal si se convierte en un hábito prolongado. Este artículo destaca cinco formas en las que chuparse el dedo puede ser perjudicial para la salud bucal de su hijo.
Cinco formas en que chuparse el dedo puede ser perjudicial para la salud bucal de su hijo
Chuparse el dedo puede tener efectos negativos duraderos en la salud bucal de su hijo si no se controla. A continuación se presentan cuatro formas en que este hábito afecta la salud bucal de su hijo.
- Dientes frontales sobresalientes: Uno de los efectos negativos de chuparse el dedo en la salud bucal de su hijo es la sobremordida. Una sobremordida se refiere a los dientes frontales que sobresalen. La protrusión de los dientes frontales se debe a la presión que se ejerce sobre la encía superior (de donde salen los incisivos) al chuparse el dedo. La presión constante sobre esta parte de la encía empuja los dientes frontales hacia adelante cuando se forman. Esta acción hace que el niño tenga los dientes frontales protuberantes o sobremordida. La sobremordida generalmente afecta la forma de la sonrisa y la cara de un niño. Los dientes frontales que sobresalen pueden conducir a una baja autoestima, ya que el niño afectado puede volverse inseguro acerca de su dentición.
- mordida abierta: La mordida abierta es algo similar a una sobremordida, solo que tanto los dientes frontales como los inferiores sobresalen o están dirigidos hacia afuera en este caso. Cuando un niño tiene una mordida abierta, los dientes frontales y los dientes inferiores no pueden tocarse incluso cuando cierran la boca. La mordida abierta provoca la desalineación de los dientes. Al igual que la sobremordida, una mordida abierta puede hacer que su hijo se sienta inseguro acerca de su dentición. La mordida abierta a menudo resulta en malos patrones de masticación que terminan causando dolor e incomodidad.
- Respiración por la boca: Chuparse el dedo puede hacer que se respire por la boca, lo que puede causar problemas dentales. La mayoría de las veces, los niños respiran por la boca cuando duermen. Dormir mientras se chupa el dedo mantiene la boca abierta, lo que dificulta la respiración con la nariz. Esto hace que respiren con la boca durante la noche. La nariz tiene mucosidad y pelos que sirven como filtros que evitan la entrada de bacterias dañinas. La boca, por otro lado, no tiene ninguno de estos filtros, ya que tales bacterias dañinas entran y afectan los dientes y las encías cuando respiran con la boca.
- Úlceras en la boca: Chuparse el dedo hace que los niños sean más propensos a las úlceras bucales. Esto es causado por el rascado de la paleta bucal cuando succionan. La sensibilidad de la paleta bucal dificulta el cepillado ya que viene acompañada de dolor. Esto, a su vez, hará que el niño evite cepillarse los dientes, lo que los deja susceptibles a las úlceras bucales y otros problemas dentales.
Este hábito puede afectar la salud física de su hijo y sus habilidades sociales. Como tal, es importante tratar de frenarlo en una etapa temprana. Quítale los dedos de la boca cada vez que lo encuentres chupando. Si su hijo tiene alguno de los problemas de salud bucal enumerados anteriormente, entonces es mejor para visitar a un dentista holístico.
Conclusión
Chuparse el dedo no puede pasarse por alto, se deben tomar las medidas necesarias lo antes posible para detener el hábito. Éstos incluyen; mantener las manos ocupadas y proporcionar una distracción, usar máscaras, protectores para los pulgares y aplicar esmalte de uñas con mal sabor